Comparto tus
sospechas con relación a las primaveras
que en nuestro mundo proliferan; el nombre puede resultar muy sugerente, pero
las formas en que se traman y peor aún en que se concretan, como a ti y a muchos otros jóvenes progresistas
me colman de revolucionarios recelos. De sus frutos y pregoneros me tomo el
humano derecho de sospechar No creo como tú, en abriles color dólares o euros,
que pregonan paz y progreso mientras imponen muerte y subdesarrollo. A tenor de
las diferencias que existen en cada uno de los países en los que estas grises
floraciones han ocurrido. Hay manifestaciones en ellas, que llegan a ser regularidades
y nos facilitan la compresión de estos procesos.
Ø Se suceden en países
espacios, generalmente con enfoques políticos e ideológicos contrarios a las potencias de este mundo y
recursos naturales o posiciones geográficas ambicionadas por sus monopolios.
Ø Las naciones donde se
manifiestan según los mass media violan: los derechos humanos, no tienen
libertad de expresión, son o apoyan el terrorismo, tienen regímenes
totalitarios, no saben qué hacer con sus economías, sus presidentes son
dictadores, en fin, pertenecen al eje
del mal.
Ø La oposición interna
al régimen de cada uno de estos países cuenta con la ayuda, incondicional de los gobiernos imperialistas y
para su apoyo y consolidación se destinan cuantiosos fondos.
Ø Previo a estas “renovaciones”
se desarrollan campañas para desestabilizar internamente a estos países y en
ellas se recurren a todo tipo de medios y métodos.
Ø Los jóvenes
constituyen objetivo fundamental de
estas campañas.
Ø Derrocados los regímenes, los financistas cobran
sus servicios, olvidan sus promesas y a sus pajes.
Ø Se derrocha ingenio en
los diseños de subversión del orden político, ideológico e institucional de los
Estados a los cuales interesa
primaverizar.
Sorprende la
capacidad y posibilidades que tienen los propugnadores de estos procesos; de
lograr articular sus campañas
desestabilizadoras contra países con
regímenes políticos tan diferentes como: Irán, Venezuela, Siria,
Honduras, Libia, o Cuba por solo citar
algunos ejemplos.
Las operaciones para
desacreditar a estos Estados de plausibles diferencias culturales y
allanar el camino a la OTAN perdón, a la
“primavera”, también tienen regularidades tanto de contenido como de forma. Estas,
en última instancia, o sea las de forma, estarán determinadas por las
características histórico-concretas de cada uno de los objetivos a “democratizar”.
Características de la
actividad político-comunicativa previa a los procesos primaverales desde el punto de vista del
contenido: