jueves, 21 de enero de 2016

Crítica o vituperio



Crítica o vituperio 

Para quienes asumimos la crítica desde la perspectiva martiana[1] y aprendimos de Fidel a no temer a quienes se atrincheran en nuestros errores para provocarnos vergüenza, (porque aún a esta, el revolucionario debe saber decirle bienvenida seas vergüenza) resultan siempre útiles los criterios que sobre nuestra obra viertan, por disímiles razones, dentro y fuera de Cuba, todos los que nos elogian o cuestionan. 

En correspondencia con ello las múltiples visiones que sobre nuestro proyecto social circulan en las redes, devienen con frecuencia en ejercicio de análisis con mis estudiantes. Con ellos comparto el criterio de que a la construcción socialista le es tan saludable el ejercicio de la crítica como perjudicial el del vituperio; praxis desinformativa de quienes por ignorancia o conveniencia nos abominan. Sus fines, velados tras términos como libertad o democracia, apuntan a la deslegitimación de los proyectos sociales que involucran a las mayorías y navegan a contracorriente de los designios hegemonistas del gran capital. 

Por ello sin robarle tiempo al análisis de las críticas sustanciosas, favorable o no, que con frecuencia se nos realizan, en ocasiones me asomo con mis alumnos a la sima de alguna que otra difamación. Aunque sea como las que brotan ya marchitas en las páginas de esos blogs, más o menos, devenidos en alcancía. No pocas son las dificultades para poder identificar en ellas los problemas que se supone quieren exponer o las propuestas que hacen para resolverlos, pues por lo general en los textos donde se nos denigra, encontramos que el título, no pasa de ser un pretexto para encubrir la dirección principal del ataque mediático. 

El verdadero objetivo es desacreditar la obra revolucionaria, cuestionar sus conquistas esenciales, minar sus fortalezas, instalar en la opinión de la mayor cantidad posible de personas dentro y fuera de Cuba la obsolescencia del socialismo. De esta forma cualquier acción acometida contra Cuba seria tomada como justa, lícita, necesaria y en consecuencia seria apoyada dentro y fuera del país o vista en calma por todos. 

En la red de redes, recientemente, conseguimos una de esas difamaciones que, de tener una versión cinematográfica, tendría asegurado el premio Frambuesa de Oro en la totalidad de sus denominaciones, de ahí que sea excelente para ejemplificar las afirmaciones anteriores.   

Educación Superior, parte I y II (de fecha 5 de enero de 2016) promete, bajo este título, enfocarse en el análisis de los problemas que actualmente aquejan al mencionado sector y paralelamente comentar propuestas generales para su futura solución. Tres son los problemas que pueden enumerarse con relativa facilidad, a partir de la lectura de ambos post y estos adquieren, según la visión del autor, la categoría de fundamentales:
Ø  El acceso por parte de los estudiantes, a toda la información que se genera en el mundo respecto a los diversos temas de estudio.
Ø  La ausencia, cada vez mayor, de profesores capacitados para impartir clases con el nivel de excelencia que requiere una universidad.
Ø  El desinterés, cada vez más creciente, de los jóvenes por ingresar a la educación superior cubana.
Con un poco más de dificultad se puede identificar en el texto un cuarto problema:
Ø  La no mención por parte de las autoridades de la Educación Superior, en sus últimas comparecencias públicas, de ajustes en los temas de marketing y gestión empresarial, así como la necesidad de crear nuevas disciplinas para la formación de profesionales especializados en sectores como la administración de empresas. 

Una mirada rápida a los problemas hasta aquí declarados, aún en contra de lo que quisiera revelar quien los enuncia, delata la visón real que este tiene de las dimensiones del programa educativo cubano. Resulta interesante ver como alguien como este autor, privilegiado por las concepciones educativas socialistas, no puede menos que aspirar a que la varilla por encima de la cual deben saltar los cubanos en materia educativa, esté tan alta como para tener por meta el hecho de que decenas de miles de estudiantes de la Educación Superior accedan a “toda” la información que se genera en el mundo, respecto a los diversos temas de estudio. Nadie que no fuera formado en Cuba se le ocurriría pedir tales cosas a este pequeño chispazo de tierra en el mar. 

La verdadera causa de las limitaciones que hasta hoy tenemos en materia de acceso a la información científica, que circula en las redes, en mi opinión, está más allá de las decisiones de los gobernantes cubanos. Por afirmarlo corro el riesgo de ser incluido en el grupo de los que culpan al bloqueo por cada deficiencia nuestra. Elimínese entonces el bloqueo y júzgueseme luego. Désenos para vivir el mismo tiempo que nos han dado para morir y no necesitaremos tanto, diría Martí. Termínese de una vez con esta práctica y concédasenos el derecho a probar cuan capaces o incapaces somos. 

En igual sentido y en relación al segundo problema enunciado, seria significativo destacar algo que el autor por alguna razón invisibiliza y es el robo, por parte de los países más desarrollados, de los profesionales que con más vergüenza que dinero se forjan en Cuba y en el resto de los países pobres del mundo.  

El talento, en el mercado tiene precio y no pocos seden. Pero el tema es mucho más rico de lo que aquí se podría abarcar y no pocos de los excelentes profesores que un día tuvimos en nuestras aulas y que hoy están en otras, allende de los mares, por las más disímiles razones; siguen colaborando con la formación de nuestros profesionales, imparten conferencias en la isla, participan de los eventos científicos que aquí se organizan, gestionan becas en fin, esta diminuta porción de humanidad llamada patria les palpita en el pecho y no se me ocurriría jamás cuestionarles su amor por Cuba.

Evidencias existen de que a pesar de la ausencia de quienes sin dudas probaron ser magníficos científicos, el proceso continua su dialéctica marcha en pos de una excelencia conseguida con políticas revolucionarias y requerida, en nuestro caso, no por una universidad, sino por las decenas de universidades que existen a lo largo del país, para dicha de la juventud cubana, latinoamericana y norteamericana, esta última, cada vez más presente en nuestros predios universitarios.  

Qué sentido tiene trasmitir al mundo un mensaje en el que se pretenda instalar o programar la idea de que (…) cada día es mayor el desinterés, de los jóvenes cubanos por ingresar a la educación superior (…), cuando por el contrario resulta significativa la cantidad de estudiantes que optan por este nivel de enseñanza. Al momento del ingreso nuestros jóvenes podrán llegar con preguntas que van desde aquellas que se refieren a  cuál carrera colocar en primera opción hasta cuánto costara la mochila donde llevaran los libros. Pero en ningún caso los asedia la interrogante de cuánto debo pagar por estudiar o por los libros, necesarios para ello, como sucede en una gran parte del mundo.

Solo encontramos un sentido a la afirmación antes comentada, desacreditar, deslegitimar a un proceso formativo que incluye temas como el marketing o la gestión de proyectos en perfiles de formación que van desde los Estudios Socioculturales o la Comunicación Social hasta la carreras de perfil económico. Para quienes enfrentamos a diario los verdaderos y no pocos problemas que nos aquejan, la promesa hecha por el autor, queda incumplida; pero la decepción alcanza su más alto nivel al intentar encontrarle utilidad a las propuestas que realiza.

Ø  (…) que la educación siga siendo un derecho humano insoslayable y de máxima prioridad y que el proceso educativo sea pensado de forma universal y con toda la información que la humanidad haya generado al alcance de todos los estudiantes. Diciendo no, a todos los adoctrinamientos, lealtades, mitos y cultos a personalidades.
Ø  (…) en aras de minimizar la fuga de personal cualificado, que la remuneración a profesores sea acorde con la importancia que tiene la Educación en cualquier sociedad, y esto es un deber moral de la Nación.

Al respecto y con prisa podría señalarse:
1-La primera de estas propuestas solo confirma el hecho de que en Cuba la educación es un derecho humano insoslayable y de máxima prioridad; supongo que por ello su propuesta es que lo siga siendo.

2-Resulta difícil visualizar alguna corporaciones del planeta contratando a un ingeniero que no haya tenido entre los valores esenciales de su perfil profesional a la lealtad. Llama la atención el énfasis que hace en destacar lo que denomina adoctrinamiento y cultos a personalidades. Una mirada a la dedicatoria de la tesis de Maestría del defensor de estos argumentos conduce a pensar en qué tan cierto es lo que afirma:   

AGRADECIMIENTOS
Creo que es esta una parte muy complicada en la escritura de la Memoria, sí, porque hay varias personas que, en mayor o menor grado han puesto su granito de arena para que este trabajo salga bien, como no puedo hacer un capítulo de agradecimientos; trataré de no olvidar a ninguno de los más importantes:
Antes que todo a Rita por su tiempo y disposición a ayudarme en cualquier momento.
A Karen y a sus padres, por los ánimos, por creer en mí y por el apoyo en los momentos de “stop".
A mi mamá, a mis tías (la china y Nelsy), a Pepe, Luisito, Juanito, Yariel, Tony y Nailia, Harold y Elizabeth, mi familia incondicional y desinteresada.
A Ariel Felipe, por la incesante preocupación por este trabajo.
A todos aquellos que me hicieron reír o me facilitaron alguna penosa gestión, y a Dios, por traerme hasta aquí.[2]

3-Una remuneración acorde a la importancia que tiene la educación en cualquier sociedad es una idea de profundo carácter socialista. Equivaldría a que todo profesional de la educación trabajase gratuitamente, pues ninguna compensación  monetaria  es  suficiente para dignificar a ese evangelio vivo que es el maestro.[3]
 
De ahí que cada nación pague a sus maestros, más que en correspondencia con la importancia que tiene la educación para cualquier sociedad, con las potencialidades y capacidades económicas que poseen. Aspecto este contradictorio porque no siempre los que más recursos  económicos  tienen son los que más gratifican monetariamente a sus docentes, comparemos los presupuestos educacionales y militares de las principales potencias de este mundo y las cifran hablaran por si solas.

Finalmente termina por llamar mucho la atención el hecho de que este sistema educativo cuyo futuro horroriza, según lo expresado por el autor del post, sea a la vez fuente de legitimación y respaldo de la preparación y nivel científico que posee quien así piensa. No falta en sus perfiles acotaciones como estas:

-Universidad de La Habana Licenciado en Matemática desde 2003 hasta 2008
-Centro de Estudios Avanzados de Cuba Septiembre de 2008 – marzo de 2011 (2 años 7 meses) 

La crítica y el vituperio no pocas veces terminan por ser confundidas, de ahí que sea útil realizar con frecuencias ejercicios de análisis que permitan establecer diferencias. La crítica, además de estar sustentada sobre sólidos fundamentos éticos, informa, profundiza y argumenta en las esencias de los problemas que devela, educa, instruye, muestra o sugieres rutas para su solución, fomenta valores y combina armoniosamente la razón y el sentimiento, en palabras martianas criticar es amar. El vituperio más que informar desinforma, mescla intencionalmente verdades y mentiras, hiperboliza el defecto, disminuye o anula el mérito, apela generalmente a lo emocional, vela las esencias de los problemas que aborda, destruye, seduce en fin, manipula.  
Ábranse, termino por comentarle a mis estudiantes, todas las puertas a la crítica que se constituya en digno ejercicio del criterio, aquella que ayuda a destruir cuanto sea falso pero que a la ves ayuda a mantener incólume el fulgor de lo verdadero; como sucede con la película cubana Conducta, en la cual se aborda el tema de la educación en nuestro país. Pero mantengámonos alertas o como diría Guillen: Cierren la muralla, al vituperio que muerde, tenacea, clava en la picota y se afana en consagrarse impíamente al escudriñar con miradas avaras en la obra bella los lunares y manchas que la afean. Apréndase a señalar con noble intento el lunar negro, y desvanecer con mano piadosa la sombra que oscurece la obra bella.



[1] Para José Martí por crítica se ha de entender un acto libre de mezquino afán de hallar defectos, de celos del ajeno bien y de placer ante el mal ajeno, pues ello resulta indigno de todo pecho generoso. Ver José Martí Fragmentos del discurso que pronunció sobre las obras de Echegaray en el Liceo Artístico y Literario de Guanabacoa, el 21 de junio de 1879. T 15 p. 94 edic. 1975.
[3] En 1886, Prusia entró en guerra con Austria - Hungría, para reafirmar, por la fuerza de las armas, su papel hegemónico… Cuéntase que una noche, Bismarck…celebraba con sus generales la victoria…Cuando un…general se disponía a hablar, Bismarck los hizo callar a todos, y sentenció: "el principal mérito de la victoria corresponde al maestro de escuela prusiano… Como bien expresa J.L Acanda… Que tan formidable confesión asombrara a los comensales de Bismarck, es…comprensible. Que siga siendo indescifrable, 130 años después, para algunos que hoy se ocupan de pensar la relación entre lo político y lo social es ya más preocupante… y sin dudas merecería una reflexión más profunda tal vez en otras páginas.