Jorge Daniel De la Torre Samper es un niño pequeño, para quien además de esta condición a la cual le es inherentes primor y nobleza lo hace especial el mérito de asumir una muy madura posición, para su edad, en relación a José Martí, Apóstol de Cuba.
En los días que el huracán
Irma se ensaña con la costa norte de su natal Ciego de Ávila, después de una noche
interminable y en medio de un amanecer donde la rabia del viento dejó sobre la
arena infinidad de objetos útiles para poder sobrevivir a la puesta de sol,
Jorge Daniel encuentra algo con un valor extraordinario. Como el hecho mismo de
haber podido distinguir a que aferrarse entre lo útil para reparar la casa,
guardar el agua potable o reponer los enseres perdidos, sus manitas de 5 años
abrazan un busto de Martí, a la misma vez que anuncia: ¡Yo encontré a Martí! No
le vasta mostrarlo a Zoila su madre, a sus conocidos más cercanos, corre a
revelar a todos su tesoro.
Tal vez le fue difícil a
este niño a sus 5 años, entender cuanto perdió, tal vez hay mucho de infantil
emotividad en su aptitud, su elección, su apego al busto del Héroe, pero de lo
que si no me queda absolutamente ninguna duda es de que su gesto merece toda
consideración, toda la atención de los que si podemos entender y debemos compartir
la Fe Martiana, porque mientras Martí tengan un lugar en las manos y el corazón
de nuestros niños y niñas, no habrá Huracán capaz de borrar de la faz de la
tierra la Isla de Cuba.
Abrazando esta Fe los
estudiantes de la FEU de la Universidad de Las Tunas, Cuba y en la víspera de
su noveno congreso solicitan a la Rectora de esta institución, la presencia del
niño en la sesión plenaria de su cita estudiantil con el declarado propósito de
reconocer a este pionero, estimularle y sobre todo, hacerle saber que se le
admira mucho. Sencillas y sentidas fueron las frases dedicadas al infante
homenajeado.
Hijo:
espantado de todo. Me refugio en ti.
Tengo
fe en el mejoramiento humano, en la vida futura, en la utilidad de la virtud, y en ti.
Son estas las palabras que
anteceden el poemario Ismaelillo dedicado por José Martí a su Hijo José
Francisco, son también el preámbulo de esta ocasión en que reconocemos la
actitud del pionero: Jorge Daniel de la Torre Samper quien durante los difíciles
días en que el huracán Irma azota la costa norte de la provincia de Ciego de
Ávila encuentra, rescata y preserva un busto de Martí arrancado por la fuerza
de la tempestad.
La historia de Cuba es rica
en símbolos y hechos simbólicos, que nutren el ideal revolucionario de nuestro
pueblo y en este caso, solo el paso inexorable de la historia podrá juzgar
merecidamente si contemplamos al niño que encuentra a Martí o si es el Apóstol
quien nos muestra a este niño.
Hoy, siendo consecuentes con
la actitud de Jorge Daniel, con el hecho, no solo de haberlo encontrado por
azar, sino de haberle sabido dar el valor que la figura del Héroe Nacional
tiene para nuestro pueblo y en especial para la juventud cubana, con solo 5
años de edad; la Universidad de Las Tunas, en el significativo contexto en que
se desarrolla el Noveno Congreso de la FEU a propuesta de la organización
estudiantil y en acuerdo con el Club de Oratoria José Martí y la Cátedra Martiana
de esta institución educativa, distingue al Pionero Jorge Daniel de la Torre
Samper con la distinción: “Lidiador Audaz” conscientes de que la historia ha
probado más de una vez, que no existe edad definida para sentir por Cuba, para amar
a Cuba, para hacer por Cuba.
¡Felicidades Hijo,
tenemos, como Martí, fe en el mejoramiento humano, en la vida futura, en la
utilidad de la virtud, y en ti!
¿Cuántas personas hicieron posible este especial reconocimiento? Muchas, pues nadie se negó ante la propuesta de la FEU, incluso más allá de nuestras aguas, quienes donaron la distinción desde México, las respuestas aunque diversas fueron favorables y en todas siempre estuvo presente ese cubanísimo y delicioso: “Claro que sí”
Jorge
Daniel una vez que fue reconocido, entre feliz y asombrado se despide de los jóvenes
de la Universidad de Las Tunas, en la Ciudad le esperan otras sorpresas, las
niñas y niños de la Escuela Primaria República de Chile quieren verle de cerca,
le hacen un regalo hecho con palabras que tiene por testigo las lágrimas de la
directora de esta institución, quien Edad de Oro en mano le abraza, mientras el
cocinero de la escuela también emocionado le mira y dice: “tan chiquitico”
El museo,
los helados, la estatua del general Vicente García, los juguetes del mercado artesanal,
todo llama la atención de Daniel y de Daniela su hermanita, pero nada como
aquel rostro, escoltado por la palma, erguido ante la luz y que él rápidamente identifica:
¡Mira, Martí!
José Daniel es tan solo el niño cubano al que la casualidad puso en sus manos la oportunidad de salvar al apóstol del olvido y la destrucción. Estoy seguro que muchos niños han sentido el deseo de asumir su lugar si tuvieran que hacerlo y demostrar cuánto hizo este gran hombre para que desde la niñéz se le ame y cuide en obra y pensamiento.!Martí es de todos los cubanos dignos y siempre lo protegeremos de quien lo dañe, sea ciclón o persona!!! !!!Felicidades Danielito por proteger tanta grandeza, como te diría cualquier cubano martiano y verdadero!!!
ResponderEliminar