sábado, 11 de febrero de 2012

ÁRBOLES


           

Hay árboles que nunca se acostumbran
a vivir rehenes del asfalto.
Insurgentes, revientan  los empedrados
humillan su captor.
Se echan a correr por la ciudad
con sus muchos pies carentes.
Por entre furibundas miradas
y antropológicos ladridos.

Tras ellos, galopan las hachas
sobre gritos.
¡No más hojas  en las calles!
¡No más  flores en las plazas!
¡No más pisos irrespetados!

Hay árboles  que ignoran
el: porque sí,
el: no, los después
o el: ya veremos.
¿Cómo reforestar las calles
sin pensar esos árboles?
Esos, que nunca se acostumbran
a vivir rehenes del asfalto.

Carlos Alberto Suárez Arcos 
                                                    
A: Drabra. 

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