Aferrados aún, a la forma en que
el aldeano vanidoso descrito por José Martí en su ensayo Nuestra América,
concibe el mundo como su aldea. El pensamiento y la acción de la mujer y el hombre latinoamericano no podrán
hacer lo necesario para terminar con todo, (que es mucho) cuanto
existe en el ideario político-comunicativo latinoamericano, de aldea.
Para
bien de su adversario común, el imperialismo, el concepto de Patria que
habita en el imaginario simbólico de
nuestros pueblos continua siendo el mismo que llevara a Marx a expresar: Los “obreros” no tienen patria… la definición por la que millones de obreros latinoamericanos
han muerto, es, en última instancia un conjunto de intereses económicos y políticos ajenos a la
clase que lo asume y defiende en las guerras imperialistas, es un
constructo semiótico de las clases que
históricamente ha detentado el poder político.
¿Por cuál patria murieron millares de
latinoamericanos enfrentados en guerras
como las Chaco que solo facilitaron la dominación del monopolio extranjero en
América? ¿Por cuál patria han muerto miles de emigrantes latinoamericanos,
convertidos en soldados por necesidad económica, durante “Las guerras
contra el terrorismo” librada en los ricos suelos del oriente, por los Estados
Unidos?
Los
poderosos, se las han ingeniado durante siglos para lograr que las mayorías,
legitimen y reproduzcan al poder expresado en cualquiera de las formas
históricas del Estado, de lo contrario el ejercicio del mismo hubiera sido
sencillamente imposible. La relación de
formas y medios de que se han servido para lograrlo serían realmente muy amplios,
pero en toda la historia no encontraríamos ninguna forma, ni medio tan
efectiva y eficaz como los que emplea el imperialismo, etapa superior del
desarrollo capitalista.
Sin cuestionar la eficacia de los medios
utilizados por las formaciones económicas sociales anteriores al capitalismo,
para dar respuestas a las problemáticas planteadas por las necesidades de
legitimación y control del poder en su tiempo. Se hace necesario profundizar en
el análisis de los medios que hoy hacen posible “el milagro”; por
medio de cual, millones de seres humanos asumen tener patria cuando
realmente esta, es propiedad privada de una minoría que puede llegar a tener
los derechos sobre el himno nacional que la identifica.
Los Mass Media, ingenios de las ciencias
modernas, constituyen el instrumento de control remoto por el cual los grandes centros del poder, aumentan o
disminuyen el volumen de nuestras voces, regulan nuestra imagen, programan
nuestras conductas, en fin nos administran.
El
alcance, poder movilizativo, persuasor y seductor, de la maquinaria mediática, supera con creses los recursos y medios empleados desde los orígenes de las sociedades
clasistas y por ende del Estado entre los que se pudieran mencionar: la
oratoria, la prédica religiosa, la
imprenta o el telégrafo.
Su
poder destructivo, (término que se acomoda mucho más a su función y carácter
que el de: comunicativo) seria envidiado por los creadores del Fuego Griego o
la pólvora, de hecho, hoy hace palidecer el poder de las armas más sofisticadas. Los misiles disparados desde los mass media,
portadores de decenas de ojivas transportadoras de los nocivos valores del modo
de producción que los engendra, impactan simultáneamente sobre diferentes
objetivos en el planeta. Su efectividad
es incuestionable. Su empleo para desplomar el antiguo campo socialista,
Justificar la agresión a Irak y Afganistán,
subvertir los regímenes en Libia o Siria, satanizar a la nación Persa en fin allanar
el camino a sus monopolios está más que probada.
Los
misiles empleados por los ejércitos en sus campañas bélicas, son capaces de
aniquilar las fuerzas vivas y medios de combate del adversario, y como
consecuencia enardecen el espíritu de combate y el odio hacia los agresores.
Los misiles mediáticos, son capaces de
aniquilar, tradiciones, costumbres, valores en fin la cultura y en consecuencia
borrar la memoria histórica de un pueblo. La totalidad de las fuerzas y medios
militares de que disponen las potencias imperialistas, puede considerarse
simbólicas en comparación con las posibilidades de: agresión, ocupación y control, de los mass
media, capaces de penetrar las más defendidas fronteras.
Desde
los mass media se finge: entretener, instruir,
informar, cuando en realidad solo se domestica. Ellos, legitiman y reproducen
al poder que los usa con la complicidad (no siempre consiente) de las fuerzas
de trabajo empleadas por estos medios. Las asalariadas fuerzas productivas del capital mediático, enajenadas del producto de su trabajo, de su actividad vital y de
su ser genérico, en consecuencia
directa, en su actividad productivo-comunicativa,
no pueden menos que expresar, la
enajenación del ser humano respecto
del ser humano.
Enfrentados por el
carácter de las relaciones de producción
capitalistas consigo mismo,
enfrentan también el otro ser
humano objeto de su actividad, los receptores. Estos, resuelta, pero equivocadamente, actúa en nombre de una falsa o distorsionada
representación de “libertad”, “democracia”,
o “Patria”, construida por trabajadores altamente calificados a las ordenes del mayor de los Don, El Capital, el cual transforma una actividad vital e inherente a la esencia
misma del hombre dada en sus relaciones sociales; la comunicación, de actividad esencial para el hombre, en
simple medio para manipular, sus enajenadas existencias.
…cuanto más produce el obrero,…; cuanto más valores crea, tanto
más sin valor, tanto más indigno es él; cuanto más elaborado su producto, tanto
más deforme el obrero; cuanto más civilizado su objeto, tanto más bárbaro el
obrero; cuanto más poderoso el trabajo, más carente de poder el obrero; cuanto
más rico espiritualmente el trabajo, tanto más desespiritualizado y siervo… queda el obrero. [1]
Los seductores y
mortíferos productos salidos de la industria capitalista de la comunicación:
deforman, barbarizan, debilitan,
desespiritualizan y esclavizan al trabajador que los realiza y a los que
posteriormente, pagan por estas producciones portadoras de conceptos adaptados
a los interese del capital entren los que se encuentran: democracia, libertad
de expresión, sociedad civil y patria.
Patria, es humanidad. La universal
concepción de José Martí, sobre
la porción de suelo en que se nace se distancia desde lo humano, de las mercantiles representaciones
de lo patrio que han sido alojadas por
los mass media en lo más profundo de
nuestra subjetividad. Subjetividad que
demora en comprender el carácter de mercancía
del producto comunicativo elaborado, por los mass media en función de espurios interés
imperialistas.
La mercancía producto comunicativo
“El capitalismo nació chorreando sangre y lodo
por todos los poros…” esta afirmación de Marx, convida a reflexionar
sobre el sesgo de sangre o lodo que pueden contener los productos capitalistas, incluyendo los
comunicativos. No será en este artículo que persigue objetivos más generales, donde me detendré a analizar en detalles este proceso productivo
capitalista, aunque no por ello, dejare de recomendar una lectura y hacer algunos
comentarios al respecto. Entre los muchos materiales que pudieran resultar
útiles para este fin, sugeriría la
lectura de: "Locura y sociedad
segregativa" del autor Italiano Ferrucio Rossi- Landi,
específicamente, la parte primera de este texto, que se
refiere a la producción lingüística.
La lógica seguida por el
autor, en el proceso de análisis sobre la manera en que el lenguaje, se
convierte en capital y a su vez, este capital, en componente, del ciclo de reproducción del capitalismo. Además
de estar en correspondencia con las ideas de Adán Smith cuando refiere que en las condiciones del desarrollo capitalista,
todo quedará convertido en mercancías. Puede contribuir con la aprehensión del proceso de
producción comunicativa en el capitalismo.
Desde ese posicionamiento
se visibiliza un importante número de
factores del proceso de producción comunicativa en el capitalismo. Desde otra
perspectiva de análisis estos elementos son invisibles: el carácter de
mercancía de las fuerzas de trabajo (una buena parte de ella muy calificada)
contratadas por los dueños de los mass media. La relación dependiente de estos para con los propietarios de los
medios de producción o el carácter de mercancía de la producción
comunicativa, que contará con el valor adicional que le ha trasferido la fuerza
de trabajo y como consecuencia al llegar al mercado aportará una suma superior
a la invertida inicialmente.
Si el hambre de millones,
la prostitución, los conflictos sociales y raciales, las luchas entre
narcopandillas, las guerras genocidas, los escándalos políticos, las crisis,
las pandemias, en fin, el dolor y el sufrimiento humano, no pudieran ser
convertidos en la mercancía: “producto comunicativo”, no sería tan fácil como
es hoy, encontrar a los dueños de los medios de comunicación en las barricadas mediáticas, defendiendo lo que ellos denominan
“libertad de expresión” de una “sociedad
civil” a la cual le preocupan los intereses de la “patria”.
Libertad de expresión, monopolios, y sociedad civil.
La
libertad de expresión, es enarbolada por
sus victimarios, los monopolios y las oligarquías mediáticas. Ante la
imposibilidad de poderles preguntar, debido a la discapacidad auditiva congénita del capitalismo, discapacidad que
se agudiza con el imperialismo, se hace imprescindible cuestionar la libertad
de expresión que defienden. Esta no se relaciona con el artículo XIX de la Declaración Universal
de los Derechos Humanos, sino con la libertad de producir, distribuir e imponer
el consumo de la mercancía: producto comunicativo, sin que medie regulación
estatal alguna como lo dictan las reglas del neoliberalismo, por parte de los
monopolios de la información.
La
libertad de expresión entonces, pareciera que es una capacidad innata de los seres humanos. En realidad
sabemos que no es así. Los seres humanos para poder ejercer su derecho a la
libertad de expresión, requieren además de querer; poder y saber hacerlo.
Poder, a su vez demanda la existencia de
medios, canales, formas para que la mayoría, en igualdad de condiciones pueda
realizar una comunicación que no tiene por qué producir utilidades, no tiene
por qué ser mercancía. Saber, presupone un largo camino de formación y
desarrollo cultural del ser humano, por medio del cual se prepara para hacer efectiva
la libertad de expresión.
Los
millones de analfabetos,
semianalfabetos, desnutridos, mal nutridos,
desempleados, emigrantes, indigentes e indígenas de nuestro continente;
dentro del ordenamiento socioeconómico y político de nuestras sociedades, no podrán jamás ni soñar con
acceder al supuesto derecho defendido, ni siquiera o al menos a una parte del capital
lingüístico necesario para hacer
efectivo su derecho a la libertad de expresión, devenida en propiedad privada
de… un gigante implacable sentado a las
puertas de todos los pobres del mundo… El monopolio, José Martí, quien lo
conociera en sus inicios; sobre este, nos alerta:
… en sus manos tiene las
bridas de empresas innumerables, y de un lado y otro las guía con goce frío y
maligno que,- más que de la posesión de
la fortuna que le rinden, le viene de ganar, en previsión y astucia a cuantos
le disputan su poder: abre vorágines,
levanta montañas desata océanos; conjura y desencadena vendavales, juega
como con una perinola con la bolsa. Con una voz hace surgir un ferrocarril: lo
hunde con otra… Por su poder extraordinario, por la pasmosa habilidad con que
lo mantiene, por lo medios tortuosos de que se vale sin escrúpulos, y por la
frialdad de su corazón, atento solo al triunfo o a la defensa propia… una pera
madura le importa más que los dolores todos, y los impulsos y centelleos todos de los hombres… [2]
Este gigante que amordaza, paga para que se haga ver
al Estado que lo enfrente o intente
cercenarle cualquiera de sus muchos tentáculos ya sea en Argentina, Venezuela,
Bolivia, Cuba o cualquier otro país de Latinoamérica, como amordazador de la
libertad de expresión, como enemigo de
la democracia. Las declaraciones de Alejandro Aguirre
presidente de la
Sociedad Interamericana de Prensa así lo corroboran…”Se está luchando en contra de un movimiento
internacional para coartar la libertad de expresión… fue un año dificilísimo
para la libertad de prensa…” [3]
Este defensor
de los intereses monopolistas de EE.UU. en America Latina miembro de una familia que mantenía relaciones con el
dictador Anastasio Somoza, asesino de Augusto
César Sandino, he hijo de Horacio
Aguirre fundador del Diario de Las Américas, en Miami, fiel colaborador del agente
de la CIA Jules
Dubois; pone todo su empeño en superar a su antecesores en la defensa de los
intereses oligárquicos y en contra de la verdadera libertad de expresión de los
pueblos de America.
Para él, los esfuerzos realizados en America Latina en materia de educación, en
países como: Bolivia, Nicaragua o Venezuela, no están relacionadas con la libertad de expresión, los
millones de alfabetizados o de personas que lograron ampliar su universo
cultural y en consecuencia están en mejores condiciones de expresar libremente
sus ideas no cuentan. Ellos, no reproducen ni legitiman los intereses
monopolistas; como lo hacían los canales de televisión venezolanos, a los que
no les fueron renovadas las licencias. Como
lo hacen, los medios de comunicación que formaron o forman partes de golpes de
estados en contra de gobiernos elegidos democráticamente como en Honduras.
Las palabras del “flamante presidente”, de la SIP. , divulgadas por El Nuevo Herald, van dirigidas directamente contra
los lícitos e impostergables esfuerzos
realizados por cada uno de los Estados latinoamericanos, que emprende acciones en contra de las más
diversas formas del monopolio. No como consecuencia de la importación de
ideologías sino como resultado del proceso de toma de conciencia, sobre la verdadera
condición del monopolio, que se constituye como la columna vertebral del neoliberalismo brutal
que nos despedaza.
Si
invirtiéramos la forma en que se nos enseña a percibir la realidad por
los mass media, terminaríamos por darle la razón al señor Alejandro Aguirre cuando
se refiere a un movimiento internacional para coartar la libertad de expresión,
pero desde una perspectiva diferente:
“En
Estados Unidos el sistema socioeconómico está diseñado para que el control de
los medios esté en las manos de una minoría, dueña de grandes corporaciones
(...) y el resultado es que debajo de la "libertad de expresión"
están siempre los intereses financieros de esos grupos”. [4]
A los intereses monopolistas, que portan el control
remoto de nuestras sociedades civiles, no ha de creérseles que les importamos
más que una pera madura. Esos que fijen defendernos del Estado, que los enfrenta, representan a una
burguesía que…sólo puede
existir mientras mantenga a todos los demás grupos sociales en el papel de
meros soportes de su modo de apropiación -material y espiritual- de la realidad…[5]
La
sociedad civil por la que abogan y de la cual
forman parte organizaciones como la SIP , la
USAID (Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo
Internacional ), las OTI (Oficina para las iniciativas hacia una
transición), los medios de comunicación, en su mayoría en poder de los monopolios, forma
parte del aparato de dominación legitimación y reproducción del capitalismo, …que asimiló el desarrollo complejo de la
estructura general de la dominación…Su poder se basa en su cualidad de englobar toda la
producción espiritual en el cauce de sus
intereses…[6]
Tal vez por eso les guste tanto la SOPA.
Las
clases económicamente dominante en el contexto latinoamericano actual, no
siempre detentan el poder político en la forma
tradicional en que lo hacían; pero si hacen sentir el control que sobre los medios tienen, en la organización del consentimiento -aunque sea pasivo- de los
dominados. Lo cual es perfectamente
realizable gracias a la capacidad de estos, de diseminar normas políticas, culturales,
morales y sociales en favor de sus intereses.
La
sociedad civil, que debiera ser el centro del antagonismo entre los intereses ciudadanos y los propósitos neoliberales de los monopolios,
es secuestrada por una exitosa operación político-comunicativa que no la silencia,
sino que la hace gritar a su favor. Los espacios de expresión o
comunicación política pública, son
distorsionados a fin de impedir la constitución de los sujetos sociales que harían
peligrar sus privilegios.
Los privilegios, de una clase que se desarrolló en la medida
que el neoliberalismo se consolidó, clase que forma parte de un Estado extraterritorial, con existencia
objetiva aunque invisible para el común
de nuestras gentes, que aferrados
aún, a la forma en que el aldeano descrito por José Martí concibe el mundo como su aldea, es objeto, cuando
América Latina, necesita: sujetos que dejen de obrar frente a los ilimitados poderes
mediáticos, como aldeanos vanidosos.
Lic. Carlos A. Suárez Arcos.
Presidente Del Club de Oratoria José Martí
Universidad: Vladimir I. Lenin. Las Tunas, Cuba.
[1] Manuscritos Económicos y Filosóficos de 1848 K. Marx. Traducción, notas y referencias de Jorge Luis Acanda
González.
[3] Tomadas
del sitio: http://www.elnuevoherald.com/noticias/ultimas-noticias/story/585380.html
[4] Noam Chomsky. conferencia magistral en la Sala Ríos Reyna del
Teatro Teresa Carreño en Caracas. Tomado de: http://www.aporrea.org/actualidad/n141164.html
[5] Sociedad Civil y hegemonía. Jorge Luis Acanda González Revista Tema No. 6
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